Danza de la cadena de la Virgen de Bercijana.
Es este el nombre de la danza con el que en esta localidad de Rioja Alavesa el segundo fin de semana de mayo y el tercero de agosto se baila en honor a la patrona: la Virgen de Bercijana.
Nos encontramos una vez más, ante una danza de ritual o procesión en la que ocho danzantes acompañados del Katximorro acompañan a la Virgen en la procesión, en el mes de mayo cuando se traslada de la Ermita a la Iglesia de San Juan Bautista, Parroquia del Pueblo, y en el mes de agosto al revés, cuando la Virgen baja del pueblo de nuevo a la Ermita.
En esta procesión el baile se repite exactamente igual tres veces a lo largo del recorrido en los que los ocho danzantes colocados en dos filas paralelas, al son de la gaita y a modo de introducción hacen una reverencia de saludo. Seguidamente bailan, acompañandose siempre por las castañuelas, en su sitio girando sobre sí mismos, para ocupar en tres tiempos la fila contraria y volver en otros tres a su sitio, después por parejas, empezando del final a la cabeza, y se baila en el centro de las filas siempre de cara a la Virgen. Una vez que todas las parejas han bailado, se vuelve a hacer el mismo movimiento que al principio de la danza para acabar con reverencia.
La única vez que la danza varía es en la Plaza de la Iglesia en la que la misma coreografía (y sería esta la cuarta vez que se representa) se hace en movimiento avanzando siempre hacia la Virgen que “espera” en el pórtico.
Hay que destacar que en la actualidad la danza la ejecutan 4 hombres y 4 mujeres, ya que cuando los jóvenes del pueblo volvieron a bailar la danza, fueron las mujeres quienes impulsaron la recuperación, por lo tanto además de incorporar una ropa hasta entonces desconocida, varía según la coreografía, no así los danzantes.
Vestuario.
Anteriormente al ser la danza sólo bailada por varones, el vestuario era similar al de la zona, pantalón y camisa blancos, con alpargatas blancas, sayuela de colores, faja, dos bandas de colores cruzando el pecho y pañuelos adornando la cabeza. Hay investigaciones que recogen que también se utilizaron, suponemos que dependiendo de las modas, un pañolón que cruzaba el pecho en vez de las cintas y una boina adornada de flores y cintas en la cabeza.
Hoy en día, tras la incorporación de la mujer a la danza, el vestuario de ambos es similar: camisa o blusa blanca, pantalón o falda de mucho vuelo blancos, faja, cintas que cruzan el pecho, pañuelo en la cabeza y alpargatas. Los chicos siguen luciendo una sayuela de vistosos colores azules rematada con hilos de oro.
Lo que hay que destacar del vestuario de Yécora es que no se utilizan los típicos rojo y blanco de la zona de Rioja alavesa, sino que en honor a la Patrona que en los días de procesión luce un manto azul celeste, los danzantes llevan tanto la faja, como las cintas del pecho, las cuerdas de las alpargatas y en el caso de los varones la cinta del pecho y el pañuelo del cuello del mismo color, lo que hace que el conjunto sea rico y vistoso para el espectador, o cuando menos diferente.